PORQUE SÍ
Buenas tardes, que es donde me encuentro. Al resto, buenas noches, mediasnoches, madrugadas, amaneceres, días, cruasanes, mediodías, atardeceres…
Creo que la mejor respuesta para muchas cosas es un porque sí. Dicen que “no todo tiene explicación”, y aunque es algo que me encanta, por el simple hecho de dejar de buscarle siempre los tres pies al gato, o la explicación a todo de manera obsesiva, no estoy de acuerdo con la idea. Es más, pienso que todo tiene explicación, otra cosa es que no la conozcamos, no la encontremos o no queramos explicarlo.
Hay dos tipos de porque sí. A mi me gustan ambos. Uno sería el porque me da la gana y no te tengo por qué explicar nada, que viene a ser el “porque no me sale de las pelotas” de toda la vida. Le queremos buscar explicación a cualquier cosa, a cualquier detalle, sobretodo a lo que hacen los demás y no nos gusta o no nos favorece, e intentamos manipular pidiendo que nos lo expliquen. Yo es que me quedo tan ancho con un porque sí… Y no son pocas las veces que me pasa. Además, así nunca nos podrán decir que “tal día dijiste esto y hoy haces esto otro”. Es verdad que cuando usas este tipo de porque sí, la mayoría de las veces es porque quieres esconder o no afrontar algo. No todo iba a ser bueno, bonito y barato. Sabes que algo dudoso hay. Obviamente, no siempre tienes que usar esta respuesta pero es algo fácil para que te dejen en paz. Let it be que dirían en Liverpool.
Pero el que me gusta más y el motivo principal de este texto, es el segundo porque sí, el que viene ahora. El que no se puede explicar, y no -me repito- porque no haya explicación, sino porque no se encuentra o no ves algo lógico. ¿Cuantas veces no has sabido explicar algo que te gusta o que no te gusta? Algo que te eriza la piel, por qué te atrae una persona que aparentemente no tienes nada en común o en la que no te deberías fijar, por qué una canción te emociona, o cierto ritmo o estribillo te motiva y deseas compartirlo… Pues porque sí. Para muchas cosas que nos hacen emocionarnos y motivarnos o hacen que nos entre la nostalgia, no encontramos una explicación y nos perdemos en mil excusas o ideas que queremos que sean así, aunque sigamos sin encontrar los motivos exactos. Cuantas veces ves una relación de personas opuestas y un iluminado dice “es que los polos opuestos se atraen”… Seguramente será el mismo que vea otra pareja en la que parezcan almas gemelas y diga que “es que pegan mucho” y luego, cuando haya una ruptura en los opuestos no se corte en pronunciar su sentencia: “es que son muy diferentes”. ¿En qué quedamos?
Hay cosas en mi vida a las que me respondo con este segundo porque sí, y me encanta. Para mi mismo es un signo inequívoco de algo que me hace feliz. No es que no quiera buscarle la explicación, es que no me importa no encontrársela. Incluso para las situaciones desfavorables o malas experiencias. Soy muy fan de la navaja de Ockham para lo bueno y lo malo, no solo para lo que me interesa.
Y recordad, que esto solo mi opinión… pero espero las vuestras.
En igualdad de condiciones, la explicación más sencilla suele ser la más probable. Guillermo de Ockham dixit.
FELIZ VIDA a todos.
Borja FF