Feliz Vida:

"Dícese del deseo hacia los demás para que sean felices siempre".

APRENDER DE LA VICTORIA

APRENDER DE LA VICTORIA

Buenos días, mediodías, tardes, atardeceres, sunsets -para los mordernitos-, noches, madrugadas o amaneceres:

Una vez más, opino en contra de todo el mundo, así que posiblemente el que estará equivocado sea yo -aunque a veces, la mayoría significa que todos los tontos están del mismo lado-. Se escucha, se lee, se opina, que se aprende más le las derrotas, de los fracasos y de los malos momentos; que de las victorias, el éxito y de que las cosas te vayan bien. Como decía en la primera frase de este párrafo, mi opinión es la contraria.

Cuando las cosas no son favorables, cuando no se obtiene lo esperado o deseado, nos ponemos alerta. Pensamos en ello, nos arrepentimos, queremos cambiar las cosas cuando ya es tarde. Pasa algo negativo que nos hace reaccionar, pero por necesidad. Hay algo que nos hace realizar un ejercicio de humildad, de introspección. Necesitamos analizar y ver en qué hemos fallado, qué lección aprendemos. Hay un punto de ignición que nos pone alerta. Ya vamos a remolque. En el mundo del fútbol, y se podrá llevar a otros deportes y a cualquier otro orden de la vida, es muy común la frase que reza: “nos viene bien esta derrota a tiempo, para espabilar”. Por supuesto, siempre se pronuncia una vez derrotados, nunca antes del partido.

¿Qué pasaría si logramos hacer ese ejercicio cuando las cosas salen bien? Por qué, en vez de pensar que hemos ganado -haré una metáfora con mi deporte- debido a que somos mejores, más guapos, más altos y más rubios, como nos dice nuestra abuela, pensamos en las causas y nos hacemos preguntas:

¿Las cosas han salido bien porque hemos trabajado para ello?

¿Hemos trabajado correctamente?

¿Qué hemos hecho mal que ha puesto en riesgo el objetivo?

¿Qué tenemos que seguir haciendo para continuar por este camino?

¿Lo hemos merecido?

¿Ha habido momento clave en los que todo pudo cambiar y no lo hizo?

Esta última pregunta me la he planteado muchas veces después de los partidos. Muchas veces se han dado situaciones que podrían haberlo cambiado todo, y cada cosa es importante, no solo hubiera cambiado un partido, un resultado momentáneo influye muchísimo en el partido, en la cabeza, en la competición… Muchas veces he recordado una jugada que podría haberlo cambiado todo y que afortunadamente no lo hizo, y la sensación que experimenté es la de cuando ves a un niño pequeño que se va a dar con el pico de la mesa en el ojo, y milagrosamente, los esquiva. Aspiras fuerte con la boca mientras tensas el cuello, e inspiras fuerte, aliviado.

Hay que tener una humildad adecuada -no de palabra-, un diálogo interior bueno y pocos miedos, o muchos, pero saber enfrentarse a ellos, para hacer este ejercicio. Para aprender de la victoria cuando lo fácil es dejarse llevar y creerse el rey del mambo. Pensar que todo fluye por destino y porque nos lo merecemos ¿El resto no se merece cosas, entonces?

Es mejor preguntarse qué has hecho bien para conseguirlo y qué tienes que seguir haciendo. Echar la vista atrás y analizarlo desde una posición, una vez más, humilde.

No esperes a que las cosas vayan mal para espabilar. Obviamente, yo también he experimentado ambas situaciones, y la opinión que he expresado aquí está basada en la mucha o poca experiencia propia, y considero que se aprende más de la victoria, de los buenos momentos, que de los malos.

Con esto no os quiero decir que si os pasan cosas malas no espabiléis, no nos confundamos. Hay que afrontarlo y también aprender de ello. Sólo que creo que se puede aprender más de la victoria, solo hay que pararse a pensar un poco, con humildad.

Pero como siempre, esto es sólo mi opinión.

FELIZ VIDA a todos.

Borja FF

GOTA DE GELLIDA

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TODO PASA POR ALGO... QUE HA PASADO

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