HASTA EL MÁS MÍNIMO DETALLE

Buenas tardes, atardeceres, anocheceres, noches, medianoches, madrugadas, amaneceres, mañanas, mediodías o cualquier momento que hayáis elegido para leer esto.

Nunca os habéis preguntado qué hubiera pasado sí…

No creo en el destino. No creo que alguien esté predestinado para algo sino “que se va predestinando” con pequeñas decisiones. Creo en que todo es causalidad. Creo en que las cosas fluyen, causa-efecto, acción-reacción. El primer paso empieza el camino pero sin los siguientes, ese primer paso será inútil e igualmente, sin ese primer paso los siguientes no existirían. Y así un largo etcétera de ejemplos y situaciones que he -hemos- vivido, experimentado y conocido.

Me gusta pensar en situaciones que se han podido dar por decisiones que finalmente no he tomado. Pequeñas o grandes, importantes o baladíes… Algo hubiera cambiado. Da que pensar, sobretodo cuando sabemos con exactitud qué hubiera cambiado y más aún cuando ese cambio mejora lo realmente ocurrido. Y lo deseamos porque conocemos la solución inmediata, y después de esa seguridad sobre la primera consecuencia hacemos castillos en el aire sobre como nos hubiera ido -gustado- en nuestra vida futura gracias a ello. Entonces pensamos en esas mejoras y las mezclamos con la realidad. Con momentos buenos y de verdad que hemos vivido, conociendo a la gente que queremos con las que nos reímos, nos ha ayudado y son importantes. Con esos otros momentos personales y profesionales que han pasado después de aquella intersección. Juntamos todo lo bueno… pero de repente nos damos cuenta de, que aquel error, aquella decisión equivocada y REAL, aquel camino que elegimos nos ha llevado a ese otro momento increíble, bonito, romántico, especial, inenarrable -seguid poniendo adjetivos- al que no queremos renunciar. Aquella decisión pequeña, grande o en ese momento insignificante nos ha abierto un camino del que estamos orgullosos, que nos ha hecho felices o nos tiene en el camino de otras situaciones no vividas -aún-. Entonces piensas que gracias a aquella mala, equivocada o insignificante decisión has vivido esos buenos otros momentos a los que no quieres renunciar bajo ningún concepto. Solo conocemos, en algunos casos, lo que nos hubiera ocurrido a continuación pero no a lo que nos hubiera llevado a largo plazo o de qué nos hubiera alejado.

Pensad en cualquier momento que os parece insignificante y que a la larga ha llevado o ha evitado un cambio en vuestras vidas, ya sea directamente o porque os ha conducido a otras situaciones en el que se ha tenido que tomar una decisión, a priori, más importante, o ha llevado a una sucesión de pequeñas decisiones, una tras otra hasta la “importante”. ¿Cuál es entonces la más importante, la pequeña o la grande?

Yo opino que todas. Cada una en su momento, en su tiempo, en su lugar. Todas tienen su porqué aunque a veces no lo encontremos.

Por eso no creo en el destino. Creo que cada uno se va haciendo su camino y que cada uno tiene diferentes piedras que sortear para construirlo. A veces dentro de uno mismo y otras, fuera.

Seguramente -yo sí- hemos tomado muy malas decisiones alguna que otra vez y que nos arrepentimos de ellas, pero pensad que igual eso nos ha llevado a aprender y no cometer errores peores en otros momentos futuros o hemos sabido reaccionar antes situaciones gracias a esa experiencia… o quizás no. Pero forma parte del juego.

Cualquier detalle cuenta, cualquier detalle es importante. Un día puede ser elegir una ruta alternativa, un despiste, dejar pasar a esa señora mayor que nos quiere hace el lío en la cola del supermercado -o no dejarla pasar-. No sabemos con quién vamos a coincidir gracias a ello o con quién no -quién sabe si es mejor-. No todas las decisiones tienen que ser, en principio, relevantes o de una importancia supina. Por eso creo que cualquier detalle importa y hay que cuidarlos. No hacer nada por hacer… ¿Y si descuidar los detalles es lo que nos lleva a donde queremos o queremos dejarlo todo al que pase lo pase? Pues también me parece correcto. Es una forma de tomar decisiones, es tu decisión. Todo importa. Decidas lo que decidas. En función de lo que decidas hacer o dejar hacer, se trazarán las líneas.

Y recordad que esto, es solo mi opinión.

CITAS:

En tus momentos de decisión es cuando se forma tu destino. Anthony Robbins

No soy producto de mis circunstancias, soy producto de mis decisiones. Steven Corvey.

Las buenas decisiones proviene de la experiencia, y la experiencia proviene de las malas decisiones. No Sé.

FELIZ VIDA.

BORJAFF